Los hay que se confunden y creen que aún hay sirenas, princesas encerradas que necesitan rescates arriesgados de príncipes valientes. Los hay que no prefieren conocer las verdades, rehuyen lo palpable y prefieren el abismo vacío de lo incierto tejiendo fantasías para engañar a ingenuos.
Y a veces las palabras provocan bocanadas de asco indescifrable.
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